Seguramente alguna vez has probado alguna versión de este delicioso y versátil postre, y para conmemorar su existencia, cada 30 de julio religiosamente se celebra el Día del Cheesecake.
Su historia se remonta a la antigua Grecia, particularmente en la isla de Samos y el año 776 a.C. Se cuenta que, a sus inicios se usaba para nutrir a los atletas que participaban en los juegos olímpicos, pues era alta la carga de proteína que contenía entre el queso, la miel y el trigo.
El postre es el resultado de muchas modificaciones a lo largo de miles de años, y no fue hasta el siglo XVIII cuando este pastel comenzó a parecerse tal y como lo conocemos hoy en día. Se agregó el queso crema en 1872, cuando un fabricante quesero de Nueva York trataba de reproducir queso francés, y por casualidad obtuvo uno suave y cremoso, que años más tarde se distribuyó envuelto en papel de aluminio bajo el nombre de Philadelphia Cream.
Cheesecake Clásico
Ingredientes:
- 500 g de queso crema
- 150 g de azúcar
- 3 huevos
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 200 g de galletas trituradas
- 100 g de mantequilla derretida
Preparación:
- Precalentar el horno a 180°C (350°F).
- Engrasar un molde para pastel desmontable.
- Mezclar las galletas trituradas con la mantequilla derretida y presionar la mezcla en el fondo del molde para crear la base.
- En un tazón grande batir el queso crema, el azúcar y la vainilla hasta obtener una mezcla suave.
- Agregar los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada adición.
- Vertir la mezcla sobre la base de galletas en el molde.
- Hornear durante aproximadamente 50 minutos o hasta que el centro esté casi firme.
- Dejar enfriar a temperatura ambiente y refrigerar durante al menos 4 horas.
- Servir.