El altiplano produce delicias que maridan perfectamente con nuestra gastronomía
Brenda Vega | El Sol de México
En los últimos años el vino mexicano ha ganado terreno en los certámenes enológicos internacionales, situándose en lo alto del podio gracias a su calidad y carácter excepcional.
Es por eso que este mes patrio debemos sentirnos orgullosos de esta industria que hoy es resultado de un sinnúmero de esfuerzos.
Para seguir consumiendo lo hecho en México, te recomendamos cuatro vinos, de cuatro uvas diferentes para que acompañes tu rico pozole y te lleves a la boca todo el sabor de nuestra tierra.
ALTIPLANO CABERNET SAUVIGNON 2015
Ganador Medalla de Oro en México Selection by Concours Mondial de Bruxelles
Un tinto con clase y elegancia, es profundo, intenso, potente y lo principal equilibrado. En nariz encuentra aromas evidentes de fruta y confitura. Después de 15 meses de crianza en barrica de roble y muchos meses de añejamiento en botella, es sinónimo de buen gusto. Llega a la boca suave, ligero y con volumen.
ALTIPLANO TINTO MALBEC
Es excepcional, con el misterio del bosque, vestido con colores suaves y el reflejo de la crianza en barricas de roble. Rojo y cobrizo como una viña de otoño.
La fruta madura y los tostados del excelente roble se convierten en crema al paso de la boca. Este vino tinto de una tierra mágica cuando llora la copa, no deja lágrimas sino gotas de rocío.
ALTIPLANO TEMPRANILLO
De color violeta oscuro limpio y brillante. Te reflejas en la superficie cuando te asomas al borde de la copa. Al servirla ya te llega a la nariz el aroma a juventud y madurez al mismo tiempo, así como a fruta.
Cuando entra en la boca el ataque se amplio, lo ocupa todo, como el primer beso, suave y delicado, pero firme y largo. Deja un rastro a mineral esencia de tempranillo puro y sincero.
ALTIPLANO MERLOT
Un vino tinto de sol y alegría, intenso y profundo como la cultura milenaria de la tierra. Presenta aromas a confitura, es de cuerpo sensual y tonalidades oscuras, su acento misterioso. Deja un rastro insistente y largo, como el sonido del lento de la Noria al derramar el agua.