Hoy en día podemos encontrar durante todo el año una gran variedad de frutas, verduras y hortalizas debido a su importación y al desarrollo del método de conservación. Sin embargo, consumir productos de temporada tiene otras ventajas económicas y medioambientales.
El otoño es una época rica en frutas que nos aportan energía, vitaminas y antioxidantes, ayudándonos a afrontar el frío del invierno y prevenir resfriados, reforzando las defensas.
Gracias a su contenido en pectinas estabiliza niveles altos de colesterol en la sangre. Se consume únicamente tras la cocción; por eso, se utiliza para hacer mermeladas, compota o dulce.